Gesta Heroica de Luperón

alt Recordar una vez más que el 19 de junio de 1949 amerizó en la Bahía de Gracia un hidroavión que transportaba un grupo de combatientes encabezados por Horacio Julio Ornes Coiscou que se proponían derrocar por las armas la tiranía de Rafael Trujillo y establecer un régimen democrático que garantizara una sociedad libre, humana, solidaria y culta, de la que desaparecieran para siempre el analfabetismo y la ignorancia.

A sesenta y un años de ese acontecimiento es importante recordar el contexto en el que se produjo ese hecho heroico. Trujillo se había impuesto desde 1930 por medio del terror, ahogando en sangre cualquier manifestación opositora. A pesar de su brutal represión la llama de la resistencia se mantuvo siempre viva.

 

Una situación particular se produjo a raíz de la finalización de la Segunda Guerra Mundial. La derrota de las fuerzas del Eje, constituidas por Alemania, Japón e Italia, por parte de las Fuerzas Aliadas, conducidas por Estados Unidos, la Unión Soviética, Gran Bretaña y Francia, les permitió un avance considerable a las fuerzas democráticas, socialistas y anticoloniales en el mundo entero.

 

En las regiones centroamericanas y del Caribe se produjo una verdadera ola democrática que contribuyó a la unificación y al fortalecimiento de las organizaciones que agrupaban a los exiliados antitrujillistas. Con el apoyo de los gobiernos y pueblos de la región, especialmente los de Cuba y Venezuela, los patriotas dominicanos desplegaron grandes esfuerzos políticos, organizativos y militares a fin de preparar una expedición armada orientada a derrocar la dictadura de Trujillo.

 

En el año 1946 se produjeron muchas e importantes manifestaciones de resistencia contra la dictadura. En enero estallaron huelgas en los ingenios azucareros del Este. Poco después comenzaron a desarrollar actividades públicas el Partido Socialista Popular y la Juventud Democrática. En junio los servicios de inteligencia de la dictadura descubrieron un movimiento militar antitrujillista encabezado por el capitán Eugenio de Marchena.

 

En septiembre de 1947 el exilio antitrujillista sufrió un revés de consideración cuando fue detenido en Cuba, en Cayo Confites, un importante contingente de hombres que se aprestaba a desembarcar en el país bajo el liderazgo de Juan Rodríguez García. Se debe destacar que en la dirección de ese movimiento participaba Juan Bosch y que entre los jóvenes voluntarios cubanos que se habían enrolado en la expedición había uno que se llamaba Fidel Castro Ruz.

 

A raíz del fracaso de Cayo Confites el movimiento antitrujillista estableció nuevos planes para derrocar la tiranía. Como parte de esos planes se estableció una coordinación con las redes que, dentro del país, se oponían a la dictadura. Se planificó que llegarían a la República Dominicana tres contingentes, bien dotados en armas, a tres puntos del territorio nacional donde estos debían recibir el refuerzo de los opositores a la tiranía comprometidos en la operación. Los tres lugares escogidos fueron La Vega, San Juan de la Maguana y Puerto Plata.

 

Sólo uno de los grupos armados pudo arribar al suelo dominicano: el comandado por Horacio Julio Ornes Coiscou. Inconvenientes que se produjeron a poco de la llegada de los patriotas, unidos a la acción de varios agentes trujillistas, se saldaron con la muerte de varios de los luchadores democráticos y con la captura de los demás en los días subsiguientes.

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